Mi experiencia en las finanzas personales
Si miro hacia atrás, mi relación con el dinero ha sido un viaje largo, lleno de altibajos, aprendizajes y momentos decisivos.
Cuando era más joven, todo lo que ganaba lo gastaba; vivía el presente sin pensar en el futuro, con la falsa sensación de que el dinero siempre estaría ahí.
- Sin planificación financiera, ni ahorros, ni conciencia, solo una entrada constante de ingresos que se esfumaban con la misma rapidez con la que llegaban.
Luego llegó una etapa en la que, como suele pasar, uno empieza a querer más: un piso, un coche, viajes… y sin ser consciente, me vi enredado en deudas cada vez más angustiosas.
Fue una época tensa, donde el dinero no llegaba a fin de mes, y la ansiedad por cumplir con los pagos era una carga constante.
- En esa etapa me lancé también a invertir sin saber, buscando soluciones rápidas, arriesgando sin criterio; perdí dinero, pero gané una lección valiosa.
Después vino el matrimonio, y más adelante, los hijos; ahí los gastos se disparan y todo cambia.
Ya no se trata solo de ti: hay bocas que alimentar, colegios que pagar, imprevistos que resolver.
Ahorrar se vuelve casi una fantasía y muchas veces sentí que estaba corriendo para simplemente mantenerme a flote.
Pero en algún momento —y llega a diferentes edades para cada uno— algo hace clic.
Te das cuenta de que necesitas orden, estructura, un plan.
- Realmente la tranquilidad financiera no es un lujo, sino una necesidad, entonces empecé a formarme de verdad: libros, cursos, asesorías; inversión de tiempo y dinero en dominar las finanzas personales.
¿Qué aprendí?
- Aprendí a decir No a gastos innecesarios, a controlar, a ahorrar con semtodo, a invertir con estrategia y a tener objetivos claros.
- Dejé de buscar resultados rápidos y empecé a construir algo más sólido y sostenible.
Hoy, después de años, puedo decir que he llegado a un punto de paz financiera.
Tengo inversiones que crecen de forma sistemática y un colchón financiero que me da tranquilidad a mí ya los míos.
Sé que, si mañana por alguna razón no tuviera ingresos durante varios años, estaría cubierto; además de tener la capacidad de generar nuevos ingresos.
- Lograr la tranquilidad financiera, en mi opinión, no tiene precio; ha sido fruto de muchas equivocaciones, pero también de decisiones cada vez más acertadas, basadas en evitar errores y tener aciertos.
Mirando todo este camino, me doy cuenta de que los últimos cinco o diez años han sido los más productivos financieramente que no los 20 años anteriores. No por la parte de los ingresos, que también, sino porque he aprendido tener una relación saludable con el dinero.
- Cómo se dice en la famosa película «nunca más volveré a pasar hambre» yo diría que «nunca más volveré a tener problemas de dinero» no por ganar más o menos, sino por saber gestionarlo correctamente.
La experiencia, el conocimiento y la calma han hecho posible lo que antes parecía inalcanzable: vivir sin angustia por el dinero, con la seguridad de saber que se están haciendo las cosas bien.